En un episodio profundamente personal y poderoso de Mind Matters: Navegando Lesiones en la Cabeza y Conmociones, Kiley Como, Consultora Legal de Enfermería en Shane Smith Law, se sentó con Paula Walters—una paramédica veterana, sobreviviente de trauma y apasionada defensora del cambio.
Lo que siguió fue una conversación cruda y reveladora sobre la profunda conexión entre el trauma no resuelto y las crisis de salud a largo plazo en Estados Unidos.
Una Epidemia Silenciosa
La historia de Paula es demasiado familiar para muchos sobrevivientes. Durante más de una década, luchó contra una multitud de problemas crónicos de salud—desde enfermedades autoinmunes y malestar gastrointestinal hasta palpitaciones cardíacas y fatiga crónica. La lista de diagnósticos se alargaba, las recetas se acumulaban, y sin embargo, nadie hacía la pregunta más profunda: ¿qué te pasó?
Como explicó Paula, el trauma no está solo “en tu cabeza.” Reconfigura tu cerebro, desregula tu sistema nervioso y desencadena una reacción fisiológica en cadena que puede erosionar lentamente tu salud.
El trauma suprime los químicos que generan bienestar como la serotonina y la dopamina mientras inunda el cuerpo con hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina. Con el tiempo, este desequilibrio puede causar estragos en tu sistema inmunológico, salud intestinal y regulación hormonal—conduciendo a problemas como fibromialgia, SII, POTS, fatiga crónica e incluso enfermedades cardíacas.
El Costo del Diagnóstico Erróneo
Paula describió haber gastado más de $500,000 en atención médica, haber visto a más de 50 proveedores diferentes y haber recibido una docena de diagnósticos erróneos antes de que alguien sugiriera que sus síntomas podrían tener raíz en una lesión cerebral—y aún más profundo, en un trauma infantil no resuelto.
No fue hasta que encontró proveedores de medicina funcional y con enfoque en trauma como el Dr. Eric Reis que finalmente se conectaron los puntos. Por primera vez, Paula se sintió lo suficientemente segura para desempacar recuerdos que ni siquiera sabía que estaban enterrados. Ese proceso, aunque doloroso, le ayudó a entender que el trauma no desaparece con el tiempo—se incrusta, moldeando silenciosamente tanto la salud mental como física.
El Trauma No es una Elección—La Adicción Tampoco
Una de las partes más conmovedoras de la conversación fue cuando Paula compartió su experiencia con la adicción. No se despertó un día y decidió convertirse en adicta. Como muchos sobrevivientes, simplemente intentaba calmar una tormenta interna que no podía explicar. La adicción, el autodaño e incluso el suicidio, enfatizó, son a menudo intentos desesperados de escapar de la desregulación emocional insoportable causada por un trauma no tratado.
“Cuando sientes que vives en un estado constante de lucha o huida—24/7—y nadie puede decirte por qué,” dijo Paula, “solo quieres que pare. Eso fue lo que significó la adicción para mí. Una táctica de supervivencia.”
Reimaginando la Atención Médica: De la Condena a la Compasión
Paula pidió cambios profundos en la forma en que la atención médica—y la sociedad—abordan el trauma. En lugar de etiquetar a los pacientes como “no cumplidores” o “demasiado ansiosos,” los proveedores deberían ser capacitados para reconocer signos de trauma y hacer mejores preguntas. Los formularios de ingreso deberían incluir evaluaciones ACE (Experiencias Adversas en la Infancia) y preguntas específicas sobre lesiones en la cabeza, abuso y seguridad emocional.
Subrayó que la verdadera atención informada sobre el trauma requiere más que marcar una casilla. Exige que los proveedores escuchen sin juzgar, pregunten con compasión y creen un espacio para la honestidad—porque la sanación comienza con ser escuchado.
Reflexiones Finales
Este episodio sirve como recordatorio: el trauma no es solo un problema de salud mental—es una condición de todo el cuerpo que, si no se trata, seguirá manifestándose en nuestras salas de emergencia, clínicas y comunidades.
Si estás luchando con síntomas crónicos y nada parece ayudar, haz las preguntas más profundas. Si eres proveedor, inicia las conversaciones más difíciles. Y si eres sobreviviente, sabe que no estás solo—y que la sanación es posible.
Como siempre, si tú o alguien que amas ha sufrido una lesión en la cabeza o un evento traumático y necesita ayuda legal, ¿con dolor? Llama a Shane! 980-999-9999.